Pena de Francia

Pena de Francia

Nos dice Otero Pedrayo que desde la Pena de Francia podemos visualizar el Monte Faro, así como el Pico Sacro, y no se equivoca, puesto que a los 914 metros de altitud tenemos una de las Áreas más singulares de nuestro Ayuntamiento, la cual se ve coronada por una Capilla cuya advocación es la Virgen de la Pena de Francia, y que dio comienzo a una Romería destacada en el entorno.

Cuenta la tradición, que tres hermanas que vivían en la Sierra de la Martiñá orensana, tuvieron que huir de las brujas que allí llegaron, por lo que cada una escogió un lugar repartiéndose así: la llamada Morena es nuestra Virgen de la Pena de Francia, mientras que otra fue para el Monte Faro, concretamente la aldea de Requeixo, y la llamada Magdalena fue a parar a Forcarei. Surge así una Romería, vinculada a numerosas leyendas como la explicada, y cuyo nombre viene marcado por la famosa victoria de los Gallegos frente a los Franceses en esas luchas de la Independencia tras la Invasión Napoleónica. Si bien podemos enmarcar los orígenes de dicha romería a caballo entre los S.XVII-XVIII, tenemos que decir que el lugar de la Pena de Francia posiblemente fue el elegido por la simple finalidad de cristianizar aquellos lugares donde se practicaban cultos paganos, y tenemos que decir que en este sentido las zonas elevadas eran los enclaves más elegidos por los cultos anteriores al cristianismo.

 

CARBALLEIRA DO REI

El primer domingo de septiembre, este Monte acoge la multitudinaria presencia de los fieles de la Virgen, las cuales acuden a la Misa y a la famosa Subasta, para después almorzar en la robleda ubicada a los pies del Santuario. La virgen es trasladada desde la Iglesia de Santa María de Dozón, tradición que sigue desde sus orígenes, cuando la Virgen era trasladada recorriendo el Camino del Rey hasta la Cima, para almorzar en la Robleda actual, llamada también del Rey. La tradicional celebración fue evolucionando, con numerosas mesas y los lugares reservados por la gente, desde sus inicios, cuando los habitantes más viejos de la Parroquia recuerdan acudir con  cestas con comida, y almorzar sobre una manta en el suelo. Hoy, contamos con un Área perfectamente acondicionada, puesto que se puede llegar por pista asfaltada, y tras las repoblaciones arbóreas, tenemos un robledal que alberga bancos y mesas de cantería, así como una fuente y aseos, haciendo que las jornadas que decidamos pasar aquí sean agradables y cómodas.