Monasterio de San Pedro de Vilanova

Monasterio de San Pedro de Vilanova

Cuando llegamos al lugar del Mosteiro en la Parroquia de Dozón, podemos intuir claramente que el nombre proviene del edificio que se sitúa en su entrada, junto a un camino empedrado, que nos pone de relieve la monumentalidad del templo, cuyas huellas son visibles hoy en día en los muros de algunas casas del Lugar, puesto que aprovecharon la piedra del desaparecido Monasterio.

Es en el 1154 cuando Guntroda Suárez, señora feudal, decide donar los terrenos para su construcción y dotación de propiedades para su subsistencia, una práctica extendida en la Sociedad Feudal, por la que las grandes señoras una vez viudas, se retiraban a los cenobios fundados por ellas para pasar el resto de sus días. Así mismo aparece recogido en el muro del ábside, donde aparece el nombre como la fecha de fundación de este cenobio benedictino femenino. El poder que consiguió el Monasterio queda manifiesto en la prolongación de adquisición de propiedades por la Geografía Gallega, y en el mismo Ayuntamiento actual, puesto que le fue concedida la catalogación de Coto Real en el 1173, y dicha condición del Ayuntamiento estaba administrada por el Cenobio. Independiente hasta 1499, pasa a depender del compostelano San Payo de Antealtares, lugar a donde se trasladaron sus monjas, quedando como testimonio a Iglesia, puesto que el Monasterio se perdió tras su abandono con la Desamortización del S.XIX.

Estamos ante un ejemplo del Románico tardío del S.XII-X.III, que nos presenta una planta sencilla, con una sola nave que finaliza en un ábside semicircular, conservando la cubierta de madera a dos aguas.  Su fachada es sobria, y pretende marcar la verticalidad especialmente reflejada por el desnivel del terreno en el que se asienta; Aquí podemos ver los dos contrafuertes que enmarcan la puerta principal, cubierta de arquivoltas que conforman un arco levemente apuntado, dejando así entrever los inicios del naciente Gótico.

En la fachada Norte, podemos observar también una portada con un arco apuntado,  resaltada en el entorno, sobresaliendo los muros al exterior, enmarcada también por las arquivoltas presenta una cruz que adorna el tímpano, con una decoración compuesta por flores. La fachada discurre con arcos de medio punto, pequeños y que finalizan con canecillos adornados con diversas figuras. En la fachada Sur, más escondida y pequeña, podemos observar otro acceso, enmarcado como las anteriores por las arquivoltas y con el arco apuntado, presentando también la misma decoración que la anterior en su tímpano.

Fachada Norte

Año de Fundación

El ábside de la Nave, está formado por cinco tramos separados por columnas con capiteles vegetales, que presentan su respectiva ventana adornada, con arquivoltas y arcos de medio punto; la central  más decorada, mostrando aberturas con dos rosetones, mientras que las otras ventanas están tapiadas. El interior de la Nave está desnudo, presentando un presbiterio más elevado al que se accede bajo un arco apuntado, adornado también con decoración vegetal como en su exterior.

Tenemos que destacar la conservación actual del campanario románico, puesto que era frecuente que fuera derribado en las tormentas a lo largo del tiempo; del mismo modo, la colocación de este llama la atención, ya que en lugar de estar en la fachada principal, la Occidental, se encuentra en la parte norte, destacando también la profusa decoración exterior que no se encuentra en todas las construcciones de este estilo en el suelo gallego.

Campanario y Espadaña

Ábside